1 y 2 DE MAYO DE 2012
No dejan de sorprenderme esos glaciares, desde que los ves a lo lejos emocionan, no hay nada que lo supere, ni ballenas, ni albatros de 2 metros, ni lagos interminables, ni calles empinadas, ni cuevas en la playa, ni tan siquiera la pesca de la gamba. Aunque precisamente no venía a ver glaciares y creía que estaba acostumbrada a tanta montaña y hasta un poco saturada...
La verdad es que el tiempo acompañó los dos días que estuve allí y no hay nada como despertarte y ver por la ventana 3.754 m de montaña con glaciar incluído. El Mt. Cook es el más alto de Nueva Zelanda, pero lo que le hace más espectacular son los lagos, las montañas y el precioso pueblo que le rodea.
El Parque Nacional Monte Cook es parte del Te Waipounamu South Westland, Patrimonio de la Humanidad, su extensión es de 700 Km2 y el 40% está cubierto por glaciares y se encuentran 19 de las 27 montañas que superan los 3.000 m de altitud.
El glaciar Tasman es el mas grande y antiguo de NZ con 27 km de largo, 3 km de ancho y 600m de profundidad de hielo.
Los glaciares forman los cinco valles principales, Goldey, Tasmania, Murchison, Hooker y Mueller.
Los lagos Tekapo y Pukaki son de colores turquesa y azul claro que se deben a la dispersión de los rayos de sol al entrar en contacto con las moléculas de agua y sus sedimentos que se conocen como harina blanca y se denomina así ya que cuando el glaciar avanza sobre la cuenca del lago, el desplazamiento provoca el roce de las rocas y de ellas se desprenden unas finas partículas que suspenden en el agua derretida del glaciar formando esa textura lechosa.
En el pueblo han montado un espacio dedicado al primer hombre en escalar el Everest en 1953. Edmond Hillary era Neozelandés y dedicó parte de su vida a escalar las montañas del Himalaya, ayudando con una fundación al pueblo nepalí. En agradecimiento y en la celebración del 50 aniversario de la primera ascensión al Everest, el pueblo nombró a Edmond ciudadano de honor.
El espacio está muy bien montado, tiene una sala 3D, un museo dónde se puede ver una avioneta colgada del techo, tienda de souvenir, restaurantes y un hotelazo de 5* que respeta perfectamente el entorno.
Pasear por el lago tocando los icebergs es una de las mejores experiencias que he tenido en NZ, quizá porque es la última.
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